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Trastornos de ansiedad o problemas ansiógenos

Trastornos de ansiedad o problemas ansiógenos

Sin llegar al rango de lo patológico, es posible padecer de sintomatología ansiosa: inquietud, problemas musculares, sensación de descontrol sobre preocupaciones cotidianas… que pueden dañar gravemente el bienestar de la persona que los enfrenta en el día a día.

Hoy por hoy vivimos en un mundo caracterizado por la urgencia y el exceso de responsabilidades, aprender a lidiar con el estrés diario previene de manera efectiva el desarrollo de problemáticas más serias y mejora la calidad de vida.

Cabría destacar también que resulta común que de manera puntual tengamos que hacer frente a alguna circunstancia en nuestras vidas que nos altere generando un repunte de sintomatología ansiosa, que si bien no responde a un rango de trastorno, puede generar gran malestar a quién lo vivencia. Ayudar a procesar lo ocurrido y recibir orientación sobre cómo buscar soluciones resulta efectivo en estos casos.

Trastorno de ansiedad generalizada

Las personas podemos tener una mayor o menor tendencia a preocuparnos, sin embargo cuando nuestras preocupaciones son excesivas, nos desbordan y sentimos que no tenemos control sobre ellas, puede que estemos ante un cuadro de ansiedad generalizada.

Cuando se tiene este problema la persona se siente invadida pensamientos relacionados con distintas temáticas(el bienestar de sus hijos/as, las relaciones interpersonales, el trabajo, el dinero, la salud etc.) nosiendo capaces de dejar de preocuparse. La persona puede sentirse flotar de un problema a otro sin espacio de descanso entre ellos, esto interfiere gravemente con su vida diaria provocando una sensación continuada de tensión.

La terapia cognitivo-conductual nos permite aprender a realizar una buena gestión de la preocupación de forma que no nos desborde y nos permita afrontar los problemas de manera más efectiva, lo cual es esencial para ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que sufren este trastorno.

Trastorno obsesivo compulsivo

Quienes padecen este trastorno se enfrentan a pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes que provocan inquietud, aprensión, temor o preocupación. Estos pensamientos pueden relacionarse con un gran número de temáticas desde la preocupación por contaminarse, por mantener todo en orden, o por no cometer errores hasta preocupaciones relacionadas con la sexualidad, la fidelidad hacia la pareja ,la inteligencia o la existencia humana.

Ante la ansiedad generada por estos pensamientos, las personas llevan a cabo conductas compulsivas, dirigidas a reducir esta sensación que acaban consolidando el problema.

Algunos ejemplos de este tipo de pensamientos y de los rituales asociados serían: “¿Y si realmente no amo a mi pareja?, debo decirle que le quiero cada vez que lo piense” “Si sigo pensando que mi marido puede tener un accidente y no rezo cada vez que lo pienso, tendrá un accidente” “Debo limpiar tres veces el plato antes de comer o puedo contraer alguna enfermedad”.

Trastorno de estrés post-traumático

Atravesar situaciones de carácter traumáticoo ser testigo de ellas, puede dar lugar a un estado posterior de miedo y desesperanza caracterizado por el recuerdo constante de lo ocurrido, pudiendo llegar incluso a experimentar su vivencia en forma de flashback o pesadillas recurrentes del trauma.

La angustia, la evitación de lugares relacionados con el trauma y la sensación de falta de ilusión por el propio futuro, son algunos de los síntomas que debes observar si has pasado por una situación traumática en el pasado.

Las técnicas terapéuticas en este caso van orientadas a procesar lo vivido y orientarse hacia el futuro desde una nueva perspectiva.

Trastornos de pánico con/sin agorafobia

¿Has sentido alguna vez una sensación de miedo y nerviosismo extremo? ¿estuvo este episodio acompañado de palpitaciones, sensación de presión en el pecho, mareos y/o dificultad para respirar con normalidad? Si has vivido alguna vez un momento parecido sabrás que es muy desagradable, pudiendo llegar a pensar, quién padece un episodio grave, que está sufriendo un ataque al corazón o que se va a morir. Esto es lo que se conoce como un ataque de pánico.

Una vez se ha padecido un ataque de pánico, este puede llegar a repetirse de manera inesperada, dando lugar a lo que conocemos como trastorno de pánico. La persona puede llegar a interpretar que no está a salvo y tratar de restringir el número de situaciones donde es vulnerable con el fin de evitar verse desamparado en caso de sufrir uno de estos ataques, si esto ocurre, la persona puede llegar a desarrollar agorafobia: miedo a espacios como puentes, lugares concurridos o medios de transporte donde se siente especialmente expuesto.

La terapia cognitivo- conductual puede ayudar a superar este cuadro enfrentando situaciones problemáticas y educando en el manejo de estos episodios de angustia, con el fin de eliminarlos.

Fobia social y fobias específicas

Una fobia se defina como un miedo y/o una evitación de un objeto, actividad, o situación que el individuo sabe que es fuera de proporción al peligro actual que el objeto, actividad o situación posee. Las fobias son unos de los desórdenes mentales más comunes con estimaciones entre el 10% a 30% de la población que reportan un miedo lo suficiente severo como para alterar alguna parte de su vida.

De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico, los desórdenes fóbicos se categorizan en tres categorías basadas en la naturaleza del objeto o la situación que produce el miedo:

  1. Fobias simples o específicas involucran tener miedo de ciertos objetos particulares o situaciones, como alturas, la oscuridad, palomillas o espacios pequeños.
  2. Fobias sociales involucran el miedo de ser observado o evaluado por otras personas y una creencia que ellos mismos, en una manera, parecerán tontos. Este miedo resulta en la evitación de situaciones como comer en frente de otros y atender fiestas o reuniones.
  3. La agorafobia involucra un miedo de ser incapaz de escapar de algún lugar rápidamente o alcanzar ayuda en el evento que de repente la persona se sienta incapacitada, comúnmente resultando en ataque de pánico. Específicamente, agorafobia involucra el miedo de una variedad de situaciones en donde el individuo cree que la posibilidad de ser incapacitado aumentará o la posibilidad de obtener ayuda es mínima cuando ocurre la incapacitación. Estas situaciones incluyen ir a centros comerciales, utilizar transportación publica, y generalmente cuando se encuentran solos.

Por lo general, la agorafobia es el desorden fóbico más incapacitante, mientras que la fobia simple es la menos dañina. Las personas que sufren de fobias también pueden presentar problemas con ansiedad crónica y depresión. Comúnmente, las fobias simples comienzan en la infancia; fobias sociales en los adolescentes mayores; y agorafobia a los mediados de los 20 años. Las fobias parecen ser mas comunes en mujeres que en los hombres, mientras la fobia social parece ser dividida igualmente entre los dos sexos.

Causas

La causa de la variedad de desórdenes fóbicos aún sigue debajo de considerable discusión. Tradicionalmente, psicólogos han creído que las fobias son el resultado de vivir un evento traumático en la presencia de una situación u objeto específico (resultando en condicionamiento psicológico); por ejemplo, ser mordido por un perro resultará en una fobia de perros. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que es esto el caso en solo una cierta porción de casos fóbicos, especialmente en casos de fobias simples y algunas fobias sociales, como el miedo de comer, beber o escribir adelante de otros.

Otras maneras en las que fobias simples y algunas fobias sociales probablemente son aqueridas incluyen el transcurso de falsa o exagerada información (por ejemplo, que se le diga a la persona que los perros son peligrosos), ver u oír que a alguien más se ha herido y estuvo en peligro en una situación particular (por ejemplo, ver alguien ser mordido por un perro).

Algunas fobias sociales parecen empeorar durante el transcurso de la vida por factores de personalidad y comportamiento. Por ejemplo, algunas personas que tienen miedo de ir a fiestas o reuniones reportan que siempre han sido “básicamente vergonzosas o tímidas,” pero solamente desde haber recibido ciertas nuevas responsabilidades se han vuelto los sintomas lo suficientemente grave para ser considerado un problema. La causa inmediata de miedo agorafóbico y evitación involucra un ataque de pánico inesperado. Se reporta que este primer ataque de pánico ocurre “de repente.” La persona con agorafobia luego comienza a temer la ocurrencia de otro tal ataque y evita aquellas situaciones que piensa puedan causar o empeorar un ataque futuro.

Las razones por cual un individuo puede comenzar a asociar ciertas situaciones con ataques de pánico no son conocidas. Además, la causa del ataque de pánico inicial apenas está comenzando a ser investigada. Algunos factores que podrían ser responsables de causar el primer ataque de pánico incluyen estresantes de la vida, experiencias previas donde perdieron el control, una tendencia de respirar demasiado rápido, o las fluctuaciones en las sustancias químicas del cerebro.

Tratamiento

            El tratamiento básico que es seleccionado para los desórdenes fóbicos involucra lo que es llamado exposición graduada al estímulo fóbico. Esto significa que la persona es gradualmente expuesta a tener contacto con el objeto o situación que evadían hasta que se “acostumbra” al objeto o situación. Varias investigaciones repetidas han demostrado la eficacia de las técnicas basadas en la exposición para tratar todo tipo de fobias. Para lograr máximo mejoramiento en la mayoría de los casos de fobia social, parece ser necesario enseñar a las personas a reevaluar algunos de sus pensamientos y creencias; para aprender, por ejemplo, que “todo el mundo no me está observando” o que “si digo algo incorrecto, la gente no creerá que soy estúpido.” Alguna forma de entrenamiento en las habilidades sociales puede ser de importancia para poder producir nuevas habilidades y/o aumentar la confianza.

Mientras la exposición al objeto o situaciones temidas es de inmenso valor para el componente de evitación en casos de agorafobia, es poco probable que se produzca mejoría máxima sin intentar encontrar alguna manera para combatir los ataques de pánico inesperados.

El tratamiento para los ataques de pánico tradicionalmente involucra el uso de medicamentos como la Imipramina (Tofranil) o alprazolam (Xanax). Recientementa, las técnicas psicológicas están demostrando ser igual de efectivas como los medicamentos.

Los componentes específicos del tratamiento psicológico para ataques de pánico que son necesarios para el tratamiento efficaz todavía no se han sido determinados conclusivamente, pero algunas posibilidades pueden incluir:

  • Enseñar a las personas a ralentizar su respiración;
  • Enseñar a las personas que sus síntomas son inofensivos; y
  • Hacer una exposición gradual a los síntomas físicos de un ataque de pánico

El miedo es una emoción útil, nos permite estar alerta y evitar los peligros de nuestro entorno. Pero cuando el miedo se vuelve excesivo e irracional, puede condicionar nuestra vida, impidiéndonos realizar con tranquilidad actividades cotidianas y limitando nuestros momentos de disfrute.

Alguien que padece una fobia siente un terror profundo y paralizador, tendiendo a evitar a toda costa aquello que teme. Se puede padecer fobia a casi cualquier cosa, las consecuencias de este miedo, se hacen evidentes para quién las padece (problemas a la hora de viajar cuando se tiene fobia a volar, pérdida de autonomía cuando el miedo es a conducir… etc.).

Un tipo de fobia especialmente limitante y problemática es la fobia social que consiste en el miedo persistente a una o más situaciones sociales por temor a que resulten embarazosas. Esto afecta a la calidad de las relaciones y el potencial de desarrollo personal (se evita acudir a clase, existen problemas para encontrar trabajo…).

La terapia puede ayudar a confrontar estos miedos mediante exposiciones guiadas con el objetivo de eliminar la sensación excesiva de terror, logrando así superar las limitaciones que provoca.