Trastornos de la conducta
Ansiedad
Autismo
Altas capacidades
Se consideran, dentro de las altas capacidades, dos conceptos diferentes que son:
- El de talento: una persona talentosa es aquella que destaca en uno, dos o tres de los ocho tipos de inteligencia (lingüístico-verbal, lógica-matemática, espacial, musical, corporal cinestésica, intra-personal, inter personal y naturalista).
- La superdotación: Se conceptualiza como un perfil en el que todos los recursos intelectuales presentan un nivel elevado; de creatividad, de razonamiento lógico, buena gestión de memoria, buena captación de información. Estos recursos se manifiestan en el razonamiento verbal, en el matemático y en el espacial. La configuración intelectual del superdotado implica disponer de recursos múltiples que permiten una acción combinada de éstos, es decir, estrategias complejas para solucionar problemas complejos.
Trastornos de aprendizaje
El Trastorno del Aprendizaje se define como una dificultad inesperada, específica y persistente para la adquisición de un aprendizaje pese a una instrucción convencional, nivel de inteligencia y oportunidades socioculturales adecuadas. Estos trastornos se incluyen dentro de los trastornos del neurodesarrollo e interfieren en el aprendizaje de habilidades académicas y/o sociales y a menudo coexisten con problemas de conducta, de estado de ánimo y/o de ansiedad.
Cuando se da una detección temprana y una intervención especial apropiada, la mayoría de los niños y adolescentes pueden superar o aprender a compensar los problemas escolares que se hayan podido presentar.
Los tipos de Trastorno de Aprendizaje son:
– La dislexia o trastorno especifico del aprendizaje de la lectura, se refiere a una dificultad inesperada para adquirir la lectura que presentan algunos niños con inteligencia, motivación y escolarización adecuada.
– La discalculia o dificultad en el aprendizaje de las matemáticas, se refiere a una dificultad para aprender o comprender los conceptos numéricos, principios de conteo o aritmética.
– La disgrafía o dificultad en el aprendizaje de la escritura, se refiere a la dificultad para aprender o adquirir la escritura. Entre estas dificultades encontramos la confusión entre letras mayúsculas y minúsculas, cambios de letras o incluso una mala ortografía.
– Los trastornos de aprendizaje no verbal: entre los que se observan problemas de coordinación, motricidad fina, aprendizaje y socialización, con una importante diferencia entre las capacidades verbales (respetadas) y las no verbales (alteradas).
Bullying
El bullying es una forma de maltrato, ejercido por un niño o grupo de niños hacia otro y puede ser tanto físico como psicológico. El objetivo es someterlo y asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable o simplemente para satisfacer la necesidad de agredir y destruir.
Características del Bullying
– Tiende a originar problemas que se repiten y prolongan durante cierto tiempo.
– Suele estar provocado por un alumno, apoyado por un grupo, contra una víctima que se encuentra indefensa.
– Se mantiene debido a la pasividad de las personas que rodean a los agresores y a las víctimas.
– La víctima desarrolla miedo y rechazo al contexto en el que sufre la violencia; pérdida de confianza en sí mismo y en los demás, disminución del rendimiento escolar y puede llegar a ocasionar la exclusión social.
– En las personas que observan la violencia sin hacer nada para evitarla, se produce falta de sensibilidad, apatía e insolidaridad.
– Se reduce la calidad de vida de la víctima y de las personas de su entorno: dificultad para lograr objetivos y aumento de los problemas y tensiones.
Tipos de Bullying
Pueden producirse de manera aislada o simultáneamente:
– Físico: empujones, patadas, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en primaria que en secundaria.
– Verbal: insultos y motes, menosprecios en público, resaltar defectos físicos, etc. Es el más habitual.
– Psicológico: minan la autoestima del individuo y fomentan su sensación de temor.
– Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros.
Miedos y fobias
Lo primero que debemos tener en consideración, es que cada etapa del desarrollo, tanto en la infancia como en la adolescencia, cuenta con unos miedo que son evolutivos. Esto significa que, algunos de los miedos, son algo normal para los diversos momentos vitales.
El miedo a la separación, los extraños, los animales y la oscuridad son más bien característicos de la niñez.
Los relativos a la evaluación social (crítica, rendimiento, competencia, etc.) son más propios de la preadolescencia y adolescencia.
Los relacionados con el daño y peligros físicos (no poder respirar, quemarse, un accidente de coche, una guerra…) suelen darse tanto en niños como en adolescentes.
Sin embargo, si dichos miedos dificultan la realización de diferentes tareas, son limitantes, producen pesadillas o terrores nocturnos, deben ser puestos en manos de un profesional para trabajarlos.
Habilidades sociales / Inteligencia emocional
La inteligencia emocional es la habilidad para gestionar bien las emociones. Entender y saber manejar las propias emociones proporciona a las personas resultados positivos en sus relaciones, consigo mismo y con las personas que le rodean.
El conocimiento afectivo está muy relacionado con la madurez general, autonomía y la competencia social del niño.
Una buena educación enfocada al trabajo de la inteligencia emocional nos permitiría:
– Detectar dificultades de desempeño en el área emocional.
– Conocer cuáles son las emociones y reconocerlas en los demás.
– Clasificarlas: sentimientos, estados de ánimo…
– Modular y gestionar las emociones.
– Desarrollar la tolerancia a las frustraciones diarias.
– Prevenir el consumo de drogas y otras conductas de riesgo.
– Desarrollar la resiliencia.
– Adoptar una actitud positiva ante la vida.
– Prevenir conflictos interpersonales
– Mejorar la calidad de vida.
TDA-H
El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH), es un trastorno que se inicia en la infancia y se caracteriza por dificultades para mantener la atención, hiperactividad o exceso de movimiento e impulsividad o dificultades en el control de los impulsos.
Existen 3 subtipos del TDAH, según el síntoma que predomine:
- Tipo con predominio del déficit de atención.
- Tipo con predominio de la impulsividad-hiperactividad.
- Tipo combinado, donde predominan tanto síntomas de desatención como de impulsividad-hiperactividad.
La característica esencial del TDAH es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad, más frecuente y grave que el observado habitualmente en niños de un nivel de desarrollo similar.
Se destacan las dificultades de autocontrol.
Principalmente, hay que distinguir el TDAH de comportamientos propios de la edad en niños activos, situaciones de ambiente académico poco estimulante y sujetos con comportamiento negativista desafiante.